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Cocaína, de Massimo Carlotto, Gianrico Carofiglio y Giancarlo De Cataldo

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Cocaína de Massimo Carlotto, Gianrico Carofiglio y Giancarlo De Cataldo
Cocaína es un compendio de tres relatos acerca de la reina de la drogas, que atrae desde el obrero más humilde al empresario más adinerado. La idea original surgió de Giancarlo De Cataldo, coordinador del proyecto, y los tres autores han logrado crear tres historias independientes pero con un eje que les une: el mundo de la cocaína.

La cocaína es una de las drogas que mejor se ha sabido adaptar a las circunstancias y a los tiempos, siendo consumida para que una noche sea lo más larga posible o para poder rendir en el trabajo. Es uno de los estupefacientes más democráticos que hay: es consumida por todo tipo de rangos sociales, y por supuesto resultando igual de destructiva para todos ellos. En estas historias se tratan todo este abanico de posibilidades y alguno más, sobre todo en cuanto a negocio se refiere.


El oro de Berlín, de Jorge Yaco

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En Mayo de 1945 fue el ministro de Propaganda nazi Joseph Goebbles quien pronunció por primera vez la versión alemana del término Telón de Acero para referirse a la frontera política e ideológica que se había alzado entre la Europa capitalista y la Europa Comunista. El término cobró fama y su total expresión en el discurso que Winston Churchill pronunció en 1946 en EEUU. Aunque los que vivimos en el lado capitalista a veces no lo vemos así, hubo un momento de nuestra historia reciente en que la extensión de tierra y de población comunista llegó a superar a la capitalista con creces.

Fuera de estas frontera de Eurasia las ideas y las ideologías de un bando y de otro también se extendieron, y podíamos encontrar bandos comunistas en prácticamente todos los rincones del planeta. Como en Argentina. Y de eso nos habla Jorge Yaco en El oro de Berlín.

La historia arranca en la Argentina de 2001, fecha a la que volveremos para terminar la novela. Pero en muy pocas páginas, Damián, nuestro protagonista, recibirá una carta que le transportará a 1977. Acaba de ingresar en el partido comunista argentino y es enviado a una misión a Alemania en plena Guerra Fría al lado comunista. Debe investigar la desaparición de uno de sus amigos, Carlos Manuel, que se ha esfumado con un millón de dólares rusos. Pero Damián es un militante de segunda, lleva poco tiempo en el partido y debido a ello sigue siendo un idealista: confía en el partido y en sus directrices, y mantiene aún ese tono de inocencia en que la justicia debe prevalecer por encima de todo.

Ese modo de pensar le meterá en más de un aprieto para su perplejidad. Se verá imbuido en una compleja trama de espionaje donde todos tienen algo que ocultar y donde las creencias duermen en el fondo de un cajón. Se vislumbra con esos modos de pensar y de actuar que el comunismo está cercano a su fin, al menos como el fenómeno ideológico/idealista que fue. Y es que los propios dirigentes del partido han caído en todo tipo de corruptelas en las que los arquetipos solo se muestran de cara a la galería, pero de puertas adentro la realidad es bien distinta.

El oro de Berlín es una novela muy breve, apenas 150 páginas, en las que Jorge Yaco va directo al grano, a aquello que nos quiere mostrar y a señalar con el dedo unas ideas muy precisas. No se entretiene en descripciones, y con pocos recursos consigue plasmar realidades muy concretas del momento.

En la jerga partidaria las fisuras se llamaban dudas. Los dudantes eran militantes de segunda. Los flojos. Los de primera recitábamos la línea de convicción. Los partisanos, la Joven Guardia.

Sorprende la complejidad de trama y de intenciones que consigue plasmar el autor en tan poco espacio. Al terminar la novela y echar la vista atrás descubres que Yaco ha construido una imagen bastante compleja del modo de vivir y de pensar del momento con cuatro pinceladas. Y con una historia fácil de leer que resulta muy entretenida, algo que al menos en mi caso no es sencillo cuando se trata de las novelas de espías.

*El oro de Berlín fue Finalista del Concurso Extremo Negro BAN!

*Desde aquí quiero agradecer a Jorge Yaco su amabilidad por haberme enviado un ejemplar desde Argentina para poder completar la lectura de todos los nominados al Premio Memorial Silverio Cañada.



Título: El oro de Berlín.
Autor: Jorge Yaco.
Editorial: Del nuevo extremo.
ISBN: 9789876095273
Páginas: 142

La vida te matará, de Rafa Calatayud

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Domingo. 8 de la mañana. Tras una hora de dar vueltas en la cama, me acabo levantando, es inútil, no voy a volver a dormirme. Mierda, que me he acostado a las 3. Voy al salón. Miro en los libros que tengo sobre la mesa y busco uno corto, uno para poder terminar antes de comer. Y veo una de las novedades de Alrevés. Lo abro. Y empieza por el capítulo 15.

Mierda, pienso otra vez. Ya me ha tocado el libro tarado, el que está mal maquetado. Voy a por un café, aún estoy dormida. Vuelvo con el café. Busco el índice, pero no hay. Reviso las páginas del libro. Tras el capítulo 15 viene el 1. Y luego el 14. Y después el 2. Ah. Que es así. Y empiezo a leer.

Resulta que hay un tipo, con cara de funcionario, al que le dan una paliza de muerte. Pero no metafóricamente hablando, sino literalmente. Se lo cargan con un bate. Los asesinos son el Universitario y el Gutierrez. Que parece ser que le han cogido al azar y le reclaman algo. O no, igual saben de sobra a quién están buscando. A un pringado con cara de funcionario. Pero no debía morir. Empezamos mal. Luego tenemos a un idiota que se equivoca de bar en el que entrar a robar. Se equivoca tanto que ya no vuelve a salir de ese bar. Parece ser que en esta novela la gente no se anda con tonterías. Y tenemos rusos, y vodka, y una despedida de soltero, y puticlubs.

La organización de la trama de La vida te matará no es novedosa. Son muchos los libros en los que empiezas la trama por el final, o sabiendo en pocas páginas quién es el asesino. La cuestión está en ir descubriendo poco a poco los motivos, ir conociendo las historias de los personajes y saber por qué están ahí y para qué. Lo que es cierto que nunca había visto es que los capítulos, numéricamente, ya vengan descolocados a propósito. Si os habéis fijado, una serie de capítulos avanza hacia atrás y otra serie hacia delante. Es decir, que por un lado avanzamos en el orden cronológico de la trama, pero por el otro nos movemos hacia atrás. Hasta que se encuentran ambos puntos y puedes construir una imagen de conjunto.

La vida te matará es la típica trama de perdedores, de inútiles que buscan dar un golpe brillante y a los que todo les sale mal desde el minuto uno. Esta visión es muy habitual en las novelas negras españolas recientes: frente a esa perfección en la ejecución de los planes de los nórdicos o de los americanos, tenemos a los patosos españoles a los que solo les falta que se les escape el criminal porque el policía se tropiece en la persecución. La máxima de todo lo que puede salir mal, saldrá mal, es muy típica de nuestro país, y al lector le resulta más verosímil que una historia en que todo es redondo.

Calatayud consigue una novela divertida, con algunos personajes muy bien construidos y un par de golpes de efecto realmente buenos. La lástima es que no explote más esos golpes de efecto y que la trama no vaya más por esos derroteros que por los que realmente va, ya que a pesar de ser una buena novela le falta ese toque de distinción que haga que no sea otra novela más de perdedores, que sea algo más que una novela divertida para leer una tarde. Pero el resultado es positivo: una trama muy bien construida y con la agilidad suficiente para que la leas del tirón.


Título: La vida te matará.
Autor: Rafa Calatayud.
Editorial: Alrevés.
ISBN: 9788416328017
Páginas: 180
Precio: 16€

Vertedero, de Manuel Barea

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Es curioso cómo esta novela ha estado a punto de escaparse de mis manos. El año pasado en la Semana Negra de Gijón, Manuel Barea presentó esta novela a la que ya tenía ganas, pero que tras su presentación deseé ponerme a leer en el acto. Por problemas que no vienen ahora a cuento, el pobre fue a la presentación con un ejemplar de su propiedad y no había en toda la Feria ni un ejemplar más de su libro para poder llevarme dedicado. Un verdadero desastre (autores y editoriales, tomen nota). Gracias a su nominación para el Silverio Cañada me lo regalé este pasado día del libro y aquí os lo traigo hoy.

Javier acaba de salir de la cárcel tras siete años. Por desgracia no fueron los tres o tres y medio que en principio se vaticinaban, finalmente fueron siete largos años. Regresa al bar de siempre y allí se reencuentra con Daniel. Parece ser que a Javier le metieron en la cárcel por un golpe estúpido y mal planificado que trataron de dar él y sus amigos. Javier-peli-el pelirrojo, confió en sus compañeros y el tiro le salió por la culata. Pero al igual que una polilla acude a la luz, Javier volverá de nuevo a las andadas relacionándose con gente con la que no es del todo recomendable que lo haga.

Y vuelve a su casa, un edificio donde apenas viven ya vecinos. Y huele a basura, a mar. La arena lo inunda todo. En el edificio apenas queda nadie para testimoniar lo que ha sucedido, sin embargo Mar acude a limpiar las escaleras porque siguen pagándole por ello. Mar, Mar Calamar, como la llamaba Javier. Y es que el libro está colmado de motes, de sobrenombres, de pseudónimos, y es importante prestar atención a los detalles, quién es quién, quién hace qué, quién va con quién. 

Hay dos factores que encontrado especialmente significativos. Quizá como libre interpretación, quizá acercándome un poco a la intención del autor, no lo sé. El primero de ellos es el tema de los nombres. Es habitual que en el colegio nos pongan un mote, generalmente por algo estúpido que hiciste un desafortunado día, y esa condena te perseguirá de por vida. Siempre serás el gordo, el chino, el chorro, el peli. Y es que gran parte de los rasgos que componen nuestro carácter se forjan en esos años y no desaparecen jamás, haciendo que no seamos tan distintos aunque hayan pasado 20 años: ese mote hace que te sientas igual de indefenso que cuando eras tan solo un niño.

En segundo lugar, la presencia perturbadora y constante de las gaviotas. Un curioso pájaro, ya que a pesar de ser capaz de recorrer largas distancias no es común que se trate de un ave migratoria: suelen formar colonias y emparejarse de por vida con el mismo compañero. Un ave que permanece toda su vida en el mismo lugar, que se deja condicionar por el hábitat en el que vive, algo que para un animal que es capaz de volar puede resultar antinatural. A nuestro protagonista le sucede lo mismo: el entorno le condiciona poderosamente, y aunque al salir de la cárcel puede tener la posibilidad de irse lejos para huir de ese dañino entorno, vuelve a su lugar de origen.

No os lo voy a ocultar: Vertedero es fabulosa. Pero no es una novela apta para lectores vagos. Y por vago me estoy refiriendo a ese tipo de lector que lee solo para evadirse, ese tipo de lector que escoge libros simplones, cuanto más gordos mejor (para amortizar el dinero gastado con varias horas de entretenimiento) y que no te hagan pensar. Si sois ese tipo de lector, y sé que quienes pasáis habitualmente por aquí no sois así, huid de este libro.

Que nadie se asuste, Vertedero no es una novela con una complejidad al alcance de unos pocos. Pero sí es una novela exigente. Requiere dedicación, concentración y un poco de esfuerzo. No tanto por la prosa, como por la trama. Con distintos tipos de composiciones, Barea da buenas muestras de que sabe lo que hace. Sabe utilizar distintas voces, distintos modos de expresarse, distintos narradores y lo sabe hacer muy bien. Os reto a que leáis alguna de las frases de la primera parte (la novela está dividida en tres) en voz alta y utilizando correctamente los signos de puntuación que da el autor. Yo lo he hecho, y no es sencillo. Pero eso dota de un ritmo especial a lo que quiere contarnos, al modo de pensar de quien te lo cuenta, a nuestro modo de leer.

Esta es una de esas obras que te hace tener un poco más de fe en la juventud de nuestro país. Barea es insultántemente joven, nació en el 89. Y escribió esta magnífica novela en 2 meses con 2 meses más de corrección. Y nada más. Y se alzó con el I Premio Valencia de Novela Negra. Vale que es un caso aislado, pero espero y deseo que haya más como él.



Título: Vertedero.
Autor: Manuel Barea.
Editorial: Lengua de Trapo.
ISBN: 9788483812099
Páginas: 222.
Precio: 17,50€.

74º Feria del Libro de Madrid

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Para un amante de los libros y la literatura ir a la Feria del Libro es como ir a un parque de atracciones. Y como sucede con estas cosas, tienes dos vertientes. Por un lado, si eres de provincias, de una ciudad pequeña y con poco presupuesto, ir a la Feria del Libro de tu ciudad es como ir a las atracciones de las fiestas patronales: año tras año son las mismas atracciones, el que se monten en 3 o 4 días te hacen sospechar de la calidad de las instalaciones, y todo suele estar plagado de gente que solamente va a pasear. Cuando vas a la Feria del Libro de una ciudad como Madrid, es como plantarte en un Parque de Atracciones en mayúsculas, en un parque temático de la literatura y la cultura: las atracciones son grandes y te dejan con la boca abierta, el mantenimiento que se hace de ellas te da otra confianza, y también hay miles de personas que solo se montan en lo mismo cada año sin atreverse a esa atracción que te deja boca abajo y te da la vuelta al estómago.

Muchas son las críticas que he leído ya en este primer fin de semana de Feria. Pero a mí no me convencen de que es algo malo. Este ha sido el primer año que me he acercado a la capital para vivir esta feria, y los que venimos de otra dimensión - como son las diminutas ferias del libro de provincias - hacen que te sientas como Paco Martínez Soria con la gallina debajo del brazo cruzando la Puerta de Alcalá. Acostumbrada a una feria que dura de 7 a 10 días, en que las firmas son en un 95% de autores de la localidad (lo cual no es tampoco malo, pero se agradece que venga alguien de fuera), con las 8 casetas de las 8 librerías que sueles visitar a menudo, solo con las últimas novedades en ellas, toparte con este despliegue que he visto en el Retiro me ha dejado anonadada.


Para los novatos como yo, toparte con una caseta en la que puedes encontrar prácticamente todo (si no todo) el fondo de una editorial es un espectáculo digno de ver. Todos esos libros que repasas en la web, que llegas a saber de memoria en algunas ocasiones, al alcance de tu mano. No tienes que encargarlo, ni esperar días o semanas por ellos en tu librería: los tienes todos delante. Y con el mágico añadido de toparte con el editor de todos ellos que de un modo apasionado te explica quién es el autor, por qué se escogió para publicar en esa editorial, qué tiene de diferente respecto al resto... Y ver a gente llevarse hasta 4 libros porque el editor ha logrado convencerle.

No menosprecio en absoluto el trabajo de los libreros con esta apología a la labor que ejercen los editores en la feria. Los libreros se ven ahogados por una ingente cantidad de novedades semana tras semana y es imposible leerlo todo. Sin embargo, el editor sí se ha leído su fondo, sí puede explicarte cómo llegó a ese libro para que lo publicasen. Es una visión que no tiene nada que ver, y el contacto directo que tienen ellos estos días con los lectores también les ayuda a ver qué tipo de libros despiertan más interés. 

Por supuesto, uno de los atractivos para la inmensa mayoría es el tema de las firmas. Y por supuesto la longitud de la cola suele ser inversamente proporcional a la calidad del autor o de la obra que firma. Las largas colas están en los mediáticos, en aquellos que salen por la tele y a los que todo el mundo reconoce, aquellos que no necesitas leer su nombre en el letrero que tienen sobre ellos para saber si quien está sentado ahí es un librero o un autor. Ese tipo de fenómenos no van a variar, por desgracia los grandes sellos se alimentan económicamente de esos libros que en menos de un año nadie recordará. Y ese tipo de cosas hacen que la Feria se convierta en una feria de las otras, de las de obtener peluches a cambio de buena puntería. 


Es una lástima que las casetas donde más gente ves son las de las librerías en que encuentras un poco de todo, esa librería generalista que solo lleva a la feria las novedades porque sabe que de otro modo nadie se acercará a la caseta. Menos gente encuentras en las librerías especializadas, y menos aún en las casetas de las editoriales, aunque con claras excepciones. 

Creo que la Feria es una magnífica herramienta para las pequeñas editoriales de darse a conocer. Somos una minoría los que adoramos los libros como objeto, es cierto. Pero los lectores como nosotros, disfrutamos viendo el tipo de ediciones que tiene la editorial, qué títulos han seleccionado para publicar, nos acercamos a hablar con ellos, y muchos hasta nos llevamos sus libros. 

Es cierto que en muchos aspectos es solo espectáculo y un motivo de hacer caja a cualquier precio. Pero para quien esté dispuesto a mirar más allá, descubrirá un templo de sabiduría, de cercanía a la cultura, de conversaciones sobre literatura, sobre edición, sobre distribución. Y al menos desde mi punto de vista, eso lo convierte en un lugar mágico.

Última página... Mayo

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Caseta de la editorial Alianza en la Feria del Libro de Madrid

Aunque trato que los libros sean prácticamente el centro de mi vida, la mayoría de los meses no lo consigo. Pero este mes sí. Si algo lo ha caracterizado son precisamente los libros: la publicación de un libro con un valor sentimental especial para mí, la Feria del Libro de León, la Feria del Libro de Madrid, una nueva colaboración en un blog... Libros, libros y más libros.

Lecturas de Mayo:

He de reconocer que cuando he acudido a Goodreads para recopilar los libros leídos este mes para la foto, me he sorprendido. Mucho y muy gratamente. Si soy sincera, no sé de dónde he sacado el tiempo para leer este mes, ya que ha sido especialmente ajetreado en cuanto a trabajo, gimnasio y actividades al aire libre por el buen tiempo. ¡Ojalá siga la racha!


- La tercera versión, de Antonio Manzaneda.
- La dichosa importancia de la belleza, de Amanda Filipacchi.
- El misterio de la gruta amarilla, de Carlos Bassas.

En proceso:

Lo de leer varios libros a un mismo tiempo depende de mi estado de ánimo y de mi tiempo libre. En este momento, no sé si es debido a esos motivos, me voy centrando en las novelas de una en una o como mucho de dos en dos. Este lunes he empezado Londres después de medianoche, de Augusto Cruz, el último nominado que me falta al Silverio Cañada. ¡Y de momento eso es todo!

Adquisiciones:

Como veríais en la entrada que colgué este lunes, pasé la tarde del sábado y la mañana del domingo en la Feria del Libro de Madrid. No os repetiré aquí la gran experiencia que fue, lo que sí os contaré fue la cantidad de libros que me traje de allí. Y no traje más por espacio, presupuesto y tiempo para leer. Porque esta Feria con dinero es una perdición.

El problema es que el número de adquisiciones ya era elevado antes de montarme en el tren dirección Madrid, por lo que el total de novedades es ingente. Me consuela el buen ritmo lector que estoy teniendo, así al menos la pila no crece tanto como parece.



- El niño 44, de Tom Rob Smith. La última novedad de Salamandra Black que no tardará en caer. Igual hago doblete y os comento también la adaptación al cine, que se estrenará en un par de semanas. 
- El secreto de Vesalio, de Jordi Llobregat. La última novedad de Destino con una fuerte apuesta por parte de la editorial.
- El oro de Berlín, de Jorge Yaco. En la reseñatenéis más detalles.
- El arte de pedir, de Amanda Palmer. Un libro que está en todas partes, seguro que la portada os suena. Y parece que una magnífica librera como es @silviabroome lo recomienda. Eso ya es algo a tener en cuenta.
- La dichosa importancia de la belleza, de Amanda Filipacchi. Un libro basado en el absurdo y el surrealismo. Extraño, pero con un gran trasfondo.
- Siempre pagan los mismos, de Carlos Bassas. Os dejo la reseña hecha con mucho cariño de un libro especial para mí.
- La vida te matará, de Rafa Calatayud. Os dejo el enlace a la reseña.
- Seis años, de Harlan Coben. Novedad de Serie Negra, sin ser de una novela perteneciente a una serie, lo cual me resulta atrayente ya que ahora mismo no tengo tiempo de empezar una serie desde el principio.
- Los Tres, de Sarah Lotz. Una de las apuestas fuertes de Serie Negra de esta primavera, que viene avalada por un importante éxito internacional. Ya os contaré.
- Tus magníficos ojos vengativos cuando todo ha pasado, de Juan Ramón Biedma. Novela ganadora del II Premio de Novela Negra de Valencia, y con una pinta brutal además.


Y estas son las adquisiciones de la Feria:

- Guía ilustrada de monstruos, de Sekien Toriyama. Una magnífica obra ilustrada con todo un elenco de monstruos y seres extraños llegados de Japón.
- Un gran descubrimiento. Doce cuentos japoneses. Varios autores. Relatos y Japón. No puede pintar mejor.
- El misterio de la gruta amarilla, de Carlos Bassas. Una nueva entrega de Aki y ya os adelanto que es aún mejor que la primera. A la venta el día 8, aunque en la Feria ya está disponible.
- Ocho escenas de Tokio, de Osamu Dazai. Una pequeña joya de Sajalín que no pude resistirme a llevarme de su caseta.
- En trineo y a caballo hacia los leprosos abandonados de Siberia, de Kate Marsden. Una de las recomendaciones de Nevsky en la Feria que me he traído a un precio espectacular.
- Los libros en The New Yorker. Una maravilla de libro al que le tenía echado el ojo hace tiempo. Tiras cómicas para leer y releer.
- Los desafortunados, de B. S. Johnson. Una obra magnífica con una edición muy peculiar que por fin (¡por fin!) tenemos traducida de mano de Rayo Verde. De esas para disfrutar con la vista y con la mente.
- Harriet, de Elizabeth Jenkins. Una novela que hace mucho que quería comprar, y que me brindó la oportunidad de hablar de ella con su editor. Un momento para recordar.
- Diez negritos. Nuevas voces del género negro español. Una recopilación de relatos negro-criminales de mano de Alrevés. A un precio insuperable, y con una magnífica introducción de mano de sus recopiladores. No tardará en pasarse por aquí.
- Pronto será de noche, de Jesús Cañadas. Recomendación muy recomendada de mis amigos Antonio Torrubia y Alexander Páez. Y con el primero de Cañadas disfruté un montón. Y viene avalado también por Valdemar. ¿Queréis más motivos?
- En el cielo no hay cerveza, de Carlos Salem. Novela que promete unos cuantos momentos de risa y locura de mano del gran Salem.

Exposiciones.

Uno de los motivos de mi viaje a Madrid, el principal después de reencontrarme con una gran amiga, fue el de visitar la maravillosa exposición El gusto moderno. Art Déco en París, 1910-1935en la Fundación Juan March. Allí podréis encontrar una magnífica recopilación de más de 300 piezas que harán las delicias de todo aquel que se acerque a la exposición. Muebles, vestidos, pitilleras, carteles e incluso un impresionante coche. Os aseguro que, amantes o no del arte, disfrutaréis de esta brillante exposición.

Y para colmo, la entrada es gratuita. Hasta el 28 de junio aún estáis a tiempo de disfrutarla. Y podréis hacerlo de lunes a domingo. ¡No tenéis excusa!



Proyectos varios.

Los que me seguís por redes sociales algo habréis visto ya, por los post que he ido compartiendo estos dos días pasados. Desde el día 1 de Junio soy la orgullosa colaboradora de un proyecto muy ambicioso que Alexander Páez ha puesto en marcha: una nueva web sobre cultura japonesa llamada El peso del aire. Novela, manga, cine, anime. Y con un magnífico equipo de gente con muchísimo entusiasmo y con grandes conocimientos de Japón... ¡Y luego estoy yo! Es un honor que hayan contado conmigo para colaborar con ellos y poder poner mi grano de arena al proyecto. Haré todo lo que esté en mi mano para estar a la altura. 


Londres después de medianoche, de Augusto Cruz

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Creo que no es un secreto para ninguno de los que pasáis de vez en cuando por aquí que soy una ferviente admiradora del cine mudo. Crecí entre carcajadas viendo los sketches de Charles Chaplin, de Harold Lloyd y especialmente de Buster Keaton. Siempre me ha fascinado la capacidad de hacer reír a través solamente de gestos y expresiones, y he visto decenas y decenas de películas mudas. De ahí pasé al magnífico cine de terror con las expresionistas Nosferatu o El gabinete del doctor Caligari, que nunca me canso de ver (y podría seguir durante varios párrafos más, pero no os voy a aburrir).

Por ello, cuando se descubre alguna copia de algún film perdido me provoca una gran ilusión. Aunque la esperanza es lo último que se pierde, es más que probable que nunca podamos llegar a ver la mítica Londres después de medianoche, una película que ya forma parte de la historia del cine no tanto por la magnificencia de dicha cinta, sino por la leyenda que ha surgido en torno a ella.

Aprovechando esa leyenda, Augusto Cruz nos trae esta exquisita obra en que se entremezclan anécdotas de la historia del cine, personajes históricos y una investigación a la desesperada para tratar de dar una vez más con una copia de la famosa película de Tod Browning. ¿Y de dónde le surge la fama, os preguntaréis? Básicamente proviene de que se trata de la primera historia de vampiros rodada en Hollywood (que no la primera de la historia del cine). El éxito de público en su estreno, y el que en los años 60 se perdiese en un incendio la única copia que quedaba, hicieron el resto.

Se forjó en torno a la película una leyenda negra, e incluso las malas lenguas dicen que hay una copia conservada a la espera de que prescriban los derechos de autor de la productora para que la cinta salga de nuevo a la luz. ¿Os imagináis que dentro de unos años pudiéramos vivir el mágico momento de poder verla?

Con todos estos ingredientes, Augusto Cruz monta una trama de investigación y sobre todo de textos y textos con anécdotas donde la realidad y la ficción se entremezclan. Para dar mayor veracidad, introducirá a personajes reales en la historia tales como mi querido Dashiell Hammett, Edgar Hoover (el longevo director del FBI), Lee Harvey Oswald (asesino de Kennedy) o el extravagante coleccionista Forrest J. Akerman. Para añadir más intriga a la disparatada trama, nos convertiremos en la sombra de otro investigador que siempre irá dos pasos por delante de nosotros, y que aporta mayor intriga a la persecución del film.

La novela es extraña y disparatada en algunos puntos. Páginas y páginas de texto sin diálogo, sin puntos y aparte, saltando de un tema a otro y conectando ideas de dos marcos temporales diferentes sin que te importe demasiado en cuál de los dos te encuentras. Ahí reside el encanto de la novela, en disfrutar y dejarte llevar por las anécdotas, por la investigación, por los descubrimientos e ir avanzando para ver si en la novela el investigador logra dar con una lata de celuloide que contenga la película. Pero para averiguarlo, tendréis que leerla.

Con lo que me quedo es con una de las sentencias de la novela, que es que un objeto desaparece por completo no cuando se pierde, sino cuando fallecen todas y cada una de las personas que son capaces de recordarlo. Esperemos que eso no le suceda a esta extraña película.

* Por si la curiosidad os mata como me ha pasado a mí, existe un intento de recuperar Londres después de medianoche a través de algunos de los fotogramas conservados y del guión. Ese intento está al alcance de todos en Youtube y desde luego con un poco de imaginación y de entusiasmo algo podréis montar en vuestra cabeza. Lo mejor, los magníficos planos del gran Lon Chaney con la magnífica caracterización que consiguieron, a la altura de su papel en El fantasma de la Ópera, como poco.



**Con esta novela, cerramos las nominadas al Premio Silverio Cañada. Os dejo los enlaces a las otras nominadas. Si todo va bien, la próxima semana empezaremos con los nominados al Premio Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción de género negro.



Título: Londres después de medianoche.
Autor: Augusto Cruz.
Editorial: Seix Barral.
ISBN: 9788432222559
Páginas: 362
Precio:19,50€.

La dichosa importancia de la belleza, de Amanda Filipacchi

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Barb comienza a ir a terapia. No por decisión propia ni porque necesite ayuda, o al menos eso es lo que cree. Entra en la consulta de la terapeuta, y el caso que afecta a Barb es un problema de autoestima. Automáticamente, la terapeuta lo achaca a su aspecto físico: con sobrepeso, dientes mal estructurados, cabellos grises a temprana edad y horribles gafas para compensar sus problemas de vista. Barb le asegura que no tienen ningún problema de peso ni de autoestima, que solo ha acudido a su consulta porque su madre ha insistido en ello. Pero la terapeuta juzga demasiado rápido lo que ven sus ojos. Hasta el momento en que Barb, molesta, comienza a desnudarse no solo en cuanto a ropa sino en cuanto a defectos: tras esa poco agraciada apariencia se esconde una mujer bellísima que vive para un horrible disfraz.

Hace un par de años tomó la determinación de que su arrebatadora belleza no causaría más males: su mejor amigo, loco de amor por ella, se quitó la vida tirándose por la ventana. Desde ese momento comenzó a construir la coraza que la acompaña a todas partes, para que todos los que la miren solamente puedan juzgarla por su interior.


La tercera versión, de Antonio Manzanera

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No sé si las novelas de espías están de moda o simplemente me ha tocado toparme con varias en las últimas semanas. Hace unos días os traía por aquí la reseña de El oro de Berlín, acerca del telón de acero y del comunismo. Tengo en la pila a punto de caer El niño 44, de la cual tendremos el estreno de la película este mismo fin de semana. Y por último, La tercera versión de Antonio Manzanera.

En 1985 Vitaly Yurchenko, uno de los espías más preciados del frente ruso, decide desertar. Todo un caramelo para la CIA, que de repente ve en sus manos un arma de destrucción masiva capaz de aportar información crucial para inclinar la balanza de la Guerra Fría hacia el bando occidental. La deserción se hace efectiva en Roma, y será trasladado casi de inmediato a Washington en un vuelo fantasma. Y es que Yurchenko está obsesionado con que los rusos van a matarle por desertor.

Comienzan los interrogatorios pero Yurchenko parece que responde con evasivas. No aporta ninguna revelación clave y no deja de exigir caprichos a cambio. Se pasa semanas mareando a unos y a otros en la CIA volviéndose insoportable a ojos de sus cuidadores. Hasta que un buen día, semanas después de su deserción, sale por la puerta y regresa a Moscú. ¿Qué ha sucedido? ¿Se trataba de una falsa deserción? ¿Realmente han obtenido algo a cambio?

El hilo conductor de la historia es la trama que gira en torno a Yurchenko y quienes se ven involucrados de algún modo en su deserción. De un modo original y muy logrado por parte del autor, tendremos no una, ni dos, sino tres versiones de los hechos contadas desde diferentes narradores y desde diferentes perspectivas. Y es que en el mundo del espionaje nada es lo que parece, y esta forma de narrar la historia a tres voces lo demuestra a la perfección. Todo tiene un doble sentido, una doble intención, y lo que parece que se realiza por un motivo al final resulta que es por otro. 

Lo que sí queda muy claro es lo que mueve en realidad a los integrantes de los servicios secretos a pasarse a uno u otro bando: el dinero. Atrás quedan los ideales cuando la cuenta bancaria está a rebosar. Y aunque los de arriba en ocasiones no acepten que te puedas pasar al otro bando solo por dinero, la realidad es la que es y los agentes dobles colman los libros de historia.

Manzanera nos trae una historia compleja, colmada de entresijos y giros, y con un cúmulo de personajes que en ocasiones te obliga a no perder el hilo bajo ningún concepto. El desarrollo de la trama es impecable. No tienes en ningún momento la sensación de que algo se escape, de que algo no conecte, y con una trama tan enrevesada me parece realmente complicado. 

La tercera versión es una novela que comencé a leer hace meses, y sin embargo en su momento no conecté nada con la historia. Es cierto que no soy demasiado fan de las novelas de espías, deben tener algún elemento que me atraiga para que me enganche a ellas, y en la primera de las tres versiones no encontré ese elemento. Sin embargo, hace unas semanas la he retomado y las dos terceras partes de la historia que me quedaban las he devorado en un par de tardes. 

Está claro que Antonio Manzanera, de un modo o de otro, consigue perfilar unas tramas exquisitas (ya pude comprobarlo en La suave superficie de la culata) donde la verosimilitud rebosa por los cuatro costados. Para ello, se apoya en personajes históricos reales pero logrando que no te importe si lo que te cuenta son datos verídicos o novelados, si la personalidad de los protagonistas es o no fiel a la realidad, haciendo que te introduzcas en la historia y simplemente te preocupes de disfrutar.




Título: La tercera versión.
Autor: Antonio Manzanera.
Editorial: Umbriel.
ISBN: 9788492915514
Páginas: 320
Precio: 16,50€
Ficha del libro en la web de Umbriel: http://umbrieleditores.com/es-ES/catalogo/catalogo/la_tercera_version-600000294?id=600000294
Web de Antonio Manzanera: http://antoniomanzanera.com/index.html

Diez negritos. Nuevas voces del género negro español.

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Los volúmenes recopilatorios de relatos pueden ser un arma de doble filo. Todo depende un poco de las intenciones de quien realiza ese trabajo de recopilación. Al ser un compendio de autores con un leitmotiv común, se puede caer en el pecado de abarcar demasiado y terminar introduciendo relatos y autores que no merecen estar ahí. Si la recopilación es buena, está claro que habrá muchos autores que no estarán ahí por temas de espacio o de número de relatos escogidos.

En este volumen el punto de partida es que sean relatos negro-criminales y escritos por nuevas voces del género. Por lo tanto, no tendrán cabida autores con una larga y consolidada trayectoria. Es cierto que todos ellos llevan poco tiempo en el panorama literario, o que si llevan años en esta profesión es ahora cuando están comenzando a despuntar. 

Seguir leyendo en Culturamas.

Escrito en negro, de Martín Olmos

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Muchos son los que el término ensayo lo asocian con un texto aburrido: textos generalmente especializados en un tema, con un montón de bibliografía a cuestas y que suelen suponer una lectura un tanto más lenta que la literatura de ficción. 

Sin embargo Escrito en negro es un ensayo diferente. Aunque está colmado de documentación y de datos curiosos que hacen que la lectura sea realmente entretenida, este es un ensayo peculiar. De hecho, quizá no debería llamarlo ensayo. Escrito en negro no fue concebido como un libro, ni como un compendio de historias como puede parecer a simple vista. Es la recopilación de una serie de artículos publicados por Martín Olmos en el periódico El Correo. En junio de 2012, además de encontrar estos magníficos artículos en El Correo podemos encontrarlos también en el blog de su autor, blog homónimo del libro que os traigo hoy. 

42 capítulos con sus 42 crímenes (y alguno más que surge relacionado de estos) conforman este libro. Lo realmente interesante es el tono empleado en la narración, al modo (como nos comparan en las solapas) de aquellos ciegos que contaban historias en las plazas de los pueblos y ciudades. Un tono divertido, irónico y cargado de mucho humor.

Entre sus páginas podremos saltar de un crimen a otro, de una época a otra. Desde el erróneo mito de que Billy el niño era zurdo por culpa de un ferrotipo invertido, pasando al origen de las famosas cicatrices de Caracortada (más conocido como Al Capone), siguiendo al origen del himno no oficial de la legión acerca del novio de la muerte Baltasar Queija de la Vega. Encontramos la historia de uno de los mejores bajistas de jazz de la historia y como murió apaleado por un gorila de bar, cómo Stalin trató de organizar el asesinato de John Wayne o como se condenó a la horca a la elefanta Mary por matar a un pelirrojo. Mesones donde desaparecen jovencitas para sumarse a las paredes del local, muertes absurdas de gente que había logrado sobrevivir a verdaderas odiseas o cómo Lee Erle Ellroy se convirtió en James Ellroy.

Prostitutas, estafadores, asesinos, dictadores, actores de cine, escritores, adictos a las drogas y grandes aficionados al alcohol. Crímenes cometidos por despecho, por envidia, por hacer cumplir la ley o para saber qué se siente... Si eres de los que subrayan o ponen marquitas de colores a las frases más destacables, con este libro vas a gastar montones de lápices o de marcadores. Yo desistí, de hecho, porque habría terminado remarcando cada uno de los capítulos.

Durante años no he comprendido la intención de recopilar en un libro físico artículos publicados en un blog. Es decir, están al alcance de cualquiera en la web y de forma libre y gratuita. Es más, en este caso en el blog tienes el añadido de que hay una ilustración en cada uno de los artículos. Entonces, ¿a qué se debe que se publique en papel? Yo no habría descubierto este libro si no estuviese nominado al Rodolfo Walsh de este año, y no habría descubierto la web si no llega a ser por el libro. Me ha encantado la edición de Pepitas de calabaza, una editorial desconocida para mí, con un mimo por obtener una edición bonita y cuidada que se agradece un montón. Gracias al libro he descubierto al autor y su columna, y os aseguro que pienso perderme entre sus entradas hasta haberme leído todos y cada uno de los artículos publicados. Aún así, a pesar de tener al alcance de un clic dichos artículos, me alegro de haberme hecho con la edición en papel y que de ese modo haya llegado a mí. Y ahora a vosotros. 



Título: Escrito en negro.
Autor: Martín Olmos.
Editorial: Pepitas de calabaza.
ISBN: 9788415862222.
Páginas: 224.
Precio: 15€.
Ficha del libro en Pepitas de calabaza: http://www.pepitas.net/libro/escrito-en-negro
Web de Martín Olmos: https://martinolmos.wordpress.com/

El niño 44, de Tom Rob Smith

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Muchos son los que sueñan con que su novela sea llevada al cine en forma de guión. Sea una adaptación fiel o no, mejor o peor conseguida, el cine es un género de masas que nos guste o no llega a más rincones del mundo que la literatura. Especialmente cuando estamos hablando de una producción estadounidense. Gracias a que alguien encuentra tu novela lo suficientemente atractiva para llevarla a la gran pantalla, la magia se produce. En el caso de nuestro país, nos encontramos con que la novela de Tom Rob Smith fue publicada en 2008, un año después la encontrábamos en bolsillo, y justo ahora con el estreno de la película Salamandra Black la recupera. Y es que nos guste o no, muchos son los que se acercan a la literatura a través del cine, o por el hecho de que les suene el título por haberlo visto en los medios.

De este modo, volvemos a tener en las mesas de novedades El niño 44, una novela de espías. Pero lo curioso del asunto es que es una novela de espías en la que el argumento principal no son los espías. Me explico. La novela tiene un primer tercio introductorio en el que trata de ponerte en situación: la Rusia Estilinista, el comunismo, la forma de pensar del momento, la forma de actuar de la gente. Puede parecer algo de perogrullo, entre literatura y cine más o menos todos tenemos una idea aproximada de cómo se vivía en aquel momento. Pero nunca está de más que te recuerden lo que es pasar hambre de verdad, hasta el punto de cometer verdaderas locuras por llevar algo a la boca, hasta dónde llegaba el miedo de la población, y cómo una negativa ante la autoridad podía terminar con tu vida. El miedo de la población se plasma de un modo magistral, convirtiendo en espía y chivato a cualquiera por pánico a lo que pudiese sucederte a ti o a tu familia.

Hoy estamos más que acostumbrados a la presunción de inocencia cuando eres acusado de algún crimen o delito: así te pillen con las manos en la masa, eres inocente hasta que se demuestre lo contrario. En la novela tratan de dejarnos claro en más de un momento y de dos que en aquel momento y lugar la premisa era la presunción de culpabilidad, y era prácticamente imposible deshacerse de ella. Una vez que eras acusado por algo, acababas encarcelado o ejecutado. Por eso precisamente había que cuidarse mucho de las posibles acusaciones, porque como recayese una sobre ti eras hombre muerto.

De este modo, conocemos a nuestro protagonista Leo Stepánovich Demídov un ingenuo agente de MGB que cree firmemente en su país y su causa. Hay que dar con los espías occidentales y darles su merecido. Tiene un vida idílica con una esposa preciosa, unos padres que le adoran y un trabajo que se le da realmente bien. Pero un buen día se topa con una extraña muerte, la de un niño pequeño. Y como agente del servicio de seguridad soviético debe seguir las órdenes que le dan: esa muerte no es un asesinato y los familiares no deben tratar de revolver el caso. Aunque el padre del niño trata de convencer a Leo de cualquier modo de que la muerte de su hijo no ha sido un accidente, él les deja claro qué sucederá si hacen mucho ruido con el caso. Circunstancias del destino harán que tiempo después se encuentre con un caso prácticamente igual en un punto muy alejado de dónde se dio esa otra muerte accidental.

Ese primer tercio del libro conlleva una lectura un tanto más lenta. Aunque mientras lo lees te preguntas en ocasiones que dónde está ese niño 44, que a qué viene el título de la novela, una vez finalizada comprendes que esa puesta en escena es necesaria para comprender al personaje, su forma de pensar, de percibir la realidad, su idealismo. No es la primera novela que me encuentro en que se investiga un asesinato en medio de una época de guerras. Y no deja de sorprenderme ese concepto de desarrollar una investigación por asesinato en un momento en que eran miles las personas que morían a causa de esa guerra. Al fin y al cabo, es solo una muerte más. Pero de algún modo, los narradores consiguen darle sentido a esa investigación y de un modo encubierto tenemos la denuncia de cómo la muerte de unos puede tener más relevancia que la de otros.

Una vez traspasado ese primer tercio, la trama se acelera y la intriga está realmente conseguida, encontrándote con una de esas novelas en las que no puedes parar de leer. ¿Quién es el asesino? ¿Qué motivos tiene para hacerlo? ¿A qué se debe que llene de tierra la boca de los niños que ha asesinado? El pasado jugará un papel muy importante en la trama, planteando si nuestro carácter se forja con las experiencias vividas de niños y si tenemos posibilidad de cambiar esa percepción del mundo.



Respecto a la adaptación de la novela al cine, nos encontramos con un film dirigido por Daniel Espinosa. Que a nadie le engañe este nombre tan hispano, porque el director nació en Estocolmo (aunque es cierto que es de origen chileno-sueco). Como protagonistas, Tom Hardy (Mad Max: Furia en la carretera, La entrega o El topo), Noomi Rapace (La entrega, Prometheus o la trilogía Millennium que la lanzó a la fama) y el grandísimo Gary Oldman (decenas de magníficos papeles entre los que me quedo con uno de los, para mí, mejores Drácula de la historia del cine)

Con un buen guión es más posible conseguir una buena película, y la historia como habéis podido ver es buena. La adaptación viene de la mano de Richard Price, que ya adaptó en su día El color del dinero, lo que creo que es una magnífica tarjeta de presentación. Esta que os traigo hoy, es muy muy fiel, alterando pequeños detalles y suprimiendo otros inevitablemente por tema de espacio, pero muy pocos son los que se ven alterados. No obstante, hay un par de estos cambios que alteran significativamente el cierre la trama y que hacen que la cinta quede un poquito coja en su conclusión. Obviando estas alteraciones, podemos afirmar que la adaptación es muy correcta, de esas en las que el lector del libro apenas tiene que insultar a la pantalla por los giros argumentales modificados, manteniendo el espíritu de los personajes y de la historia. 

Como me suele suceder casi siempre, el libro me parece mejor. Debido a tener más margen de maniobra, los personajes están más desarrollados y te resulta más fácil comprender en algunos puntos por qué hacen lo que hacen. A pesar de ello, creo que en la película se entiende bien la historia aunque creo que cojea en cuanto a momentos estelares, algo que no le falta al libro. Eso sí, los 137 minutos que dura se te pasan en un suspiro, no hay margen al aburrimiento o a momentos carentes de significado. El pobre hombre que estaba roncando detrás de mí temo que se perdiese irremediablemente, porque es de esas películas en que más te vale no distraerte con otra cosa.



Título: El niño 44.
Autor: Tom Rob Smith.
Editorial: Salamandra Black.
ISBN: 9788416237050.
Páginas: 448.
Precio: 19 €
Ficha del libro en Salamandra: http://salamandra.info/libro/nino-44

Última página... Junio

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Junio ha sido un mal mes. A pesar de que por fin a llegado el verano (sí, soy de esas locas que disfrutan en sandalias y con las ventanas de casa abiertas) ha sido un mes complicado. Casi tres semanas con laringitis, con fiebre, con malestar, sin ánimo ni capacidad de disfrutar de mi escaso tiempo de ocio. Horas de visitas en el hospital. Y sobrecarga de trabajo. Pero he sobrevivido y Julio ya está aquí. Y con Julio, mis ansiadas vacaciones estivales. Es más, hoy cuando salga de trabajar ya estaré oficialmente de vacaciones.


Lecturas de Junio:

Han sido pocas, pero de calidad, que al fin y al cabo es lo importante. Mi cabeza por desgracia no ha estado dispuesta a leer más, y he tenido la desgracia de pasar varias tardes tan solo mirando al techo. Es curioso lo lento que pasa el tiempo cuando no te encuentras bien, y lo deprisa que se va cuando estás lleno de energía.



- Londres después de medianoche, de Augusto Cruz.
- Los libros en The New Yorker.
- La tumba del crisantemo, de Itô Sachio. (reseñada para El peso del aire)
- Diez negritos, de varios autores. (reseñada para Culturamas)
- Escrito en negro, de Martín Olmos
- El niño 44, de Tom Rob Smith.

En proceso:

Estoy en uno de esos momentos en que no doy más de mí. Pico de un libro, de otro, pero nada me engancha. Está claro que necesito descansar y recargar las pilas. Pero uno de los que tengo empezados y con el que estoy disfrutando mucho es El cantar de Heike de Eiji Yoshikawa. Tengo unos cuantos encima de la mesa a la espera de decidir si me los llevo de vacaciones o no.

Adquisiciones:

Por fin lo he conseguido. He leído poco este mes, pero el número de libros entrados en casa ha sido menor que el de libros leídos. Tan solo 5. Y en ese aspecto no podría estar más contenta. Necesito bajar un poco la pila.


- El cantar de Heike, de Eiji Yoshikawa. Espero que muy prontito lo veáis reseñado en El peso del aire, porque es un libro que merece mucho la pena y cuya edición es alucinante. Es un deleite para más de un sentido: el tacto del papel, el olor... Una delicia.
- El peso de los muertos, de Víctor del Árbol. La primera novela del autor, descatalogada y difícil de encontrar. Con más motivo me he llevado un alegrón al encontrarla por muy buen precio y en un estado impecable.
- Este muerto no lo cargo yo, de María Clara Rueda. Novela avalada por el buen criterio de un gran lector: Ricardo Bosque. Y respaldada por una de las editoriales patrias que más miman el género negro en español y catalán. Pinta bien.
- Lo que dicen los dioses, de Alberto Ávila Salazar. Regalito de las chicas de Vérsatil, que como siempre me la han sabido vender tan bien que no he podido resistirme. Muy cortita, así que espero que caiga este mes.

Y en digital:

- El todopoderoso Shikaku, de Naoko Tanigawa. Otra maravilla editada por Chidori Books. Me encantan las maquetaciones de los ebooks de esta editorial digital, y escogen títulos magníficos para acercarnos la cultura japonesa a nuestro país. Ya os contaré en breve qué me ha parecido.

Proyectos varios:

Mi proyecto más inmediato es desaparecer de la red por unos días. Me voy de vacaciones y por unos días espero estar ausente. Necesito descansar de todo esto y desconectar. En apenas 7 días arranca la Semana Negra de Gijón y los que vayáis por allí me encontraréis entre carpas y cañas. Aún no tengo claro si haré crónicas este año. Estoy muy cansada y es un trabajo que resulta agotador, todo depende de cuánto descanse esta primera semana de vacaciones.

Acerca de lo que haré este verano con el blog, aún no lo tengo claro. Tengo lecturas pendientes que no quiero alargar demasiado tiempo más, pero lo que más me apetece es retomar los clásicos del género negro. Leer los que tengo pendientes y releer los que más he disfrutado. Como soy realista y sé que el verano solo dura un par de meses, habrá que ver en qué quedan mis buenos propósitos. 

Y en septiembre ya veremos... 

Semana Negra de Gijón 2015 - 2º día

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Sábado 11 de Julio de 2015. Tras una mañana de (cierto) descanso, con 33ºC sobre las vacías calles de León cojo rumbo a Gijón. El panorama tras cruzar el Negrón es bien distinto: 11ºC menos de temperatura, una fuerte humedad y calles atestadas de gente. Sábado y primer día de festival. Riadas de curiosos se acercan al recinto ferial. No nos engañemos, como siempre más guiados por el olor de los calamares y la pizza, por las luces de los coches de choque y la noria, que por la melodía de la voz de los escritores que aquí se han congregado. Pero también los hay.

Tres, como el año anterior, son ya las carpas en las que poder asistir a los actos y encuentros que nos proponen los organizadores de la madre de todas las semanas negras. Eso en ocasiones supone un problema ya que te obliga a escoger, pero siempre es positivo el que haya de más antes de que haya de menos. No olvidemos que hay invitados unos 160 autores para 10 días de festival. Es imposible hacerlo de otro modo.

Y todos quieren estar en cartel. Lo importante es estar en la lista, ocupar una carpa durante 30 minutos y poder decir que "yo estuve allí". Vayan pocos o muchos a tu presentación, lo importante es estar, es conocer, es relacionar, es hablar y sobre todo escuchar.

La jornada de ayer fue rara. Llegar a media tarde, a media charla, a medio gas. Me encontré (a medias) una fabulosa mesa con Miguelanxo Prado, Juan Díaz Canales y Teresa Valero. Quizá a muchos no os digan nada estos nombres, pero quizá os suene algo más The Sandman, Blacksad o Brujeando. Sí, estamos hablando de cómics. Miguelanxo como dibujante, y Juan y Teresa como guionistas, aportaron su punto de vista respecto a lo que supone la creación de un cómic, cómo se coordinan guionistas y dibujantes, cómo de perfeccionistas son unos y otros, y de qué modo le llega a cada uno la inspiración. Cómo te cambia (o no) la vida un Premio Nacional del Cómic, cómo se vive el día a día de alguien que al menos trata de vivir de esto.

Acto seguido, Toni Hill nos presentó la última novela de Berna González Harbour, Los ciervos llegan sin avisar. Una novela poco negra por la trama, pero negra por el trasfondo. Una novela que busca reflejar un momento y una sociedad que ya no existen en nuestro país porque la crisis los ha barrido: esa clase media de ir en taxi, de salir de copas, de ir de cena, de tener una alta vida social. Y es que en ocasiones, la realidad nos abofetea igual que un ciervo contra nuestro parabrisas. Y por supuesto, sin avisar.

Tras las mesas, algunos reencuentros con amigos, y el tema de la noche fueron las apuestas sobre los que cada uno cree que son sus favoritos para los premios. Es un buen momento para ver diferentes puntos de vista, descubrir que uno no tiene la verdad absoluta, y también para que aquellos carentes de criterio roben ideas y argumentos de aquellos que le rodean. Algunos nacen con (dudoso o no) criterio, y otros con orejas.


*Para descubrir el arranque de esta Semana Negra, aquí tenéis el texto e imágenes de la gran Laura Muñoz: 
http://semananegragijon.blogspot.com.es/2015/07/bienvenidowelcomebenvidabienvenu.html
http://semananegragijon.blogspot.com.es/2015/07/sabado-rebelde_12.html

Semana Negra de Gijón - 3º día

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Domingo inusualmente tranquilo. Es cierto que amaneció nublado. Es cierto que hoy es día laborable y no se podía trasnochar como la noche anterior, pero la calma marcó los pasos de la tarde y especialmente de la noche de ayer. Los gritos de los jóvenes que inundaban la ciudad para celebrar despedidas de soltero se sustituyeron por un ensordecedor silencio.

Juan Madrid tuvo un par de encuentros con sus lectores, primero para hablar de su vida y sus novelas y después para hablar de la adaptación a la pantalla de sus obras. Juan Madrid es peculiar. Divaga. Se va por los Cerros de Úbeda. Riñe a los trabajadores que con su ruido le interrumpen. Y cuenta anécdotas de abuelo cebolleta, del Cara al sol, de anarquistas y falangistas, de que estuvo (como todos los periodistas de la época) en la cárcel. Y siempre, siempre, con una cerveza en la mesa.

Giancarlo de Cataldo vino acompañado de la maravillosa traductora de italiano que ya acompañó el año pasado a Maurizio de Giovanni. El italiano tranquilo. ¿A cuántos italianos conocéis que hablen reposadamente y despacio? Yo a pocos, os lo aseguro. La mesa vino dirigida por el gran Luis Sepúlveda que la llevó de un modo un tanto dudoso. Sus disertaciones eran más largas que las del propio Cataldo, y a quien queríamos escuchar era al magistrado. Porque Cataldo es juez en activo, y de hecho en ocasiones le acusan de utilizar los casos en los que trabaja para sus novelas.


Vino a hablarnos de su última novela, Los traidores, protagonizada por personajes ficticios pero narrando hechos reales: Siglo XIX, Calabria, traidores, espionaje. Temas de plena actualidad, en realidad. Considera que la traición es uno de los motores más importantes de la historia, incluso que la historia está escrita por ellos, que son los que conocen los hechos contados desde dos bandos.

Respecto a la utilidad de la literatura, Cataldo siempre cuenta una leyenda persa en la que el océano sería un monstruo que trata de destruir la tierra, y un poeta logra mantenerlo en calma gracias a sus poemas. Visión muy romántica de lo útil que puede llegar a ser la literatura. Incluso opina que a un hombre puedes llegar a privarlo de casi todo, excepto de la voluntad de contar historias.

Una vez terminada la charla de una hora nada menos (lo normal en Semana Negra es que sea todo de 30 minutos) la abarrotada sala se abarrotó de nuevo para recibir a Gioconda Belli. Sí, esta poetisa y novelista que no escribe novela negra. Entiendo que participe en los recitales poéticos, pero la presentación de sus novelas me pilló de sorpresa. Cuando salía de la carpa, Elia Barceló arrancó con una cuestión de lo más inteligente: ¿por qué los señores de 40-50 años que se arrancan a escribir literatura escriben literatura seria, y las señoras de 40-50 años que se arrancan a escribir literatura escriben literatura para mujeres?


Esto me hizo dar la vuelta para ver por dónde seguía la charla, y de forma hipnótica estuve casi 30 minutos escuchando hablar de sexo, de amantes, de hijos, de menopausia... Sí, las señoras que escriben literatura a los 50 años escriben literatura para mujeres. Todo el discurso de ambas fue para corroborar este estereotipo. Una lástima. Aunque no para la autora, que tuvo una cola de firmas larguísima.



En el Espacio a Quemarropa presentaban Merca, una novela de Loyds. No podía contar con mejor apoyo: Carlos Salem y Marcelo Luján como escuderos. La conclusión que pudimos extraer es que se trata de una novela acerca del odio, hasta el punto de que el protagonista es un odiador patológico que odia todo lo que le rodea. Pero toda la novela es una disertación, un monólogo interior, no llega nunca a coger un bate de beisbol y llegar a realizar un acto de profundo odio. Además, está narrada en primera persona, con lo que corremos el riesgo como lectores de creer que el narrador es el mismo escritor. Loyds ha tratado de buscar una voz propia y diferente para contar la problemática de una clase social muy específica en Argentina, y según sus presentadores lo ha logrado.



A la vez teníamos en la Carpa del Encuentro al ya famoso Luis Segura con su última novela Código Rojo. Quizá el nombre no os suene a algunos, pero seguro que la historia de un teniente que estuvo encarcelado por tratar de destapar la corrupción en el ejército os suena más. Llegué cerca del final ya, y lo bueno de esta presentación fue la participación del público con sus preguntas y sus ensalzados discursos sobre política.  Básicamente sacamos en claro que la corrupción se extiende a todos y cada uno de los estamentos de nuestra sociedad, sea civil o militar. Algo que creo que a nadie le pilla de sorpresa.

*Un apunte solamente sobre el Espacio A Quemarropa, que se ha convertido en un lugar de paso donde sentarse. De camino a la feria, los paseantes ven sombra y sillas, y la mitad del público se pasa la sesión entrando y saliendo, resultando bastante molesto para los presentadores y para los que estamos por interés. Quizá habría que replantear las partes de la carpa que están abiertas y las que no, ya que las "paredes" son flexibles y sería posible abarcar más el espacio.

Semana Negra de Gijón - 4º día

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En nuestro pequeño reducto oculto tras los Picos de Europa, todos los que se acercan a este paraíso respiran aliviados al encontrarse en torno a los 23º C durante el día. Atrás quedan los horrores del asfalto y noches insomnes bajo temperaturas más altas de las que tenemos aquí de día. Eso provoca sonrisas de alivio y bienestar en todos los que cruzan la cordillera, y hace que en caso de que una ráfaga de viento que provoque sensación de frío, lo alivies con el calor de la gente.

Ayer fue lunes, la afluencia de gente en el recinto bajó, pero no tanto en las carpas de la Semana Negra. Fue lunes en femenino, lunes de mujeres. O casi.

En primer lugar algo fuera de la tónica habitual en el festival: una conferencia a cargo de Cathy Fourez acerca de la violencia sobre la mujer en la novela. Un formato que si no te interesa el tema puede resultar aburrido, pero a mí personalmente me pareció fascinante. Uno de los elementos que escogió para plasmar lo que nos quería contar fue una de las partes de la novela 2666 de Roberto Bolaño. Bolaño aborda el problema de los asesinatos en Ciudad Juárez de una forma brillante en su novela, y fue la referencia que Fourez utilizó. 



Cathy proporcionó datos espeluznantes acerca de los feminicidios, asesinatos de mujeres que quedan impunes: en un informe aparecido en prensa el mes pasado, se reflejaba que en Méjico se produce un feminicidio cada 3 horas y 25 minutos. Entre 1985 y 2009, 40.000 mujeres han sido asesinadas en Méjico. Está claro que en este país, como afirmaba Fourez, la vida de una mujer vale menos que la de un hombre. A esta situación, hay que añadir que en los últimos años también tenemos la desaparición de los cadáveres: si no hay cadáver, no hay crimen. Con esa forma de deshacerse de los cadáveres, vemos también el reflejo de la cosificación que sufren los cuerpos: en vertederos, en cunetas, en los parques industriales. Aunque parezca que es tener una visión muy pesimista, realmente es un modo muy realista de percibir la situación, concluía Cathy Fourez.

Acto seguido, sin movernos de la Carpa del Encuentro, pudimos asistir a la presentación de la primera novela negra de Carmen Moreno, La última cuestión. Escoltada por Marta Menéndez y Elia Barceló, las tres desgranaron los entresijos que llevaron a Moreno a escribir una intriga clásico de habitación cerrada llevada a cabo en una comunidad de vecinos. Y es que los seres humanos tenemos un personaje social, ese que ven los vecinos, ese que afirman que "pues siempre saludaba en el portal". Pero cuando cerramos la puerta de nuestra vivienda, la cosa cambia.



Para la novela se inspiró en la casa en la que vivió hasta los 22 años en Cádiz, una casa para ella normal pero en la que la vecina de al lado se clavó un cuchillo en en corazón frente a la puerta de su piso. En la novela buscó generar un ambiente claustrofóbico, y según sus presentadoras lo logró a la perfección. Nada está dejado al azar en la novela, ni siquiera el nombre de la protagonista, Verónica Lago, en honor a la gran Verónica Lake, un personaje que no podría ser más opuesto al personaje de la novela.

Más mujeres en la Carpa del Encuentro: Empar Fernández presentando a Rosa Ribas. A falta de una, Rosa nos trajo dos novelas. La primera de ella, Miss Fifty, una novela ilustrada acerca de una superheroína de 50 años que adquiere sus poderes en la última sesión de radioterapia que recibe tratando de eliminar de su cuerpo un cáncer de mama. Es una superheroína en pijama de algodón, práctica, que hace muchos años que logró ya la invisibilidad. Una serie de poderes que aspiras a tener con 20 años pero que con 50 vienen solos y sin avisar. Un modo de tratar una enfermedad realmente dura con mucho sentido del humor. Porque como afirmó una lectora de Rosa hace años acerca de esta novela, "cuando dejamos de reírnos, empezamos a morirnos"



La segunda novela, tampoco era una novela negra, Pensión Leonardo. Pero en este caso sí excuso el que presenten novelas que no son negras en el festival, debido a que es una reconocida autora dentro del género. Y la gran afluencia de gente en la carpa demostró el cariño que los lectores sienten por Ribas. En Pensión Leonardo viajamos a la Barcelona de 1965. Lali será nuestra narradora con tan solo 12 años, con una mirada en ocasiones muy inocente, pero en otros increíblemente madura. Será un lugar de paso de gentes, y con ese ir y venir construirá una imagen muy acertada de la ciudad en esos años. Una ciudad que empezaba a llenarse de inmigrantes que acudían a la gran ciudad tratando de buscar su espacio. Unos años de dictadura más o menos en calma, pero en los que no podías expresar en voz alta tu opinión. 

Tras Rosa Ribas se atestó la Carpa del Encuentro debido a que se sentó a la palestra Dolores Redondo con Luis Artigue como presentador. Momento que aproveché para acudir a la Carpa Biblioasturias a escuchar a jóvenes editores asturianos que presentaban sus proyectos y su forma de hacer las cosas. Las editoriales asistentes fueron Rema y Vive, Hoja de Lata, Pez de Plata, Aventuras Literarias y Malasangre. Cada uno con su filosofía, en lo que sí coincidían plenamente es en que si creas una editorial independiente desde luego es porque el mundo editorial te apasiona, porque sabes que no te vas a forrar con ello. 



Rema y Vive publican a autores actuales, que en ocasiones les generan retrasos en la programación. Hoja de Lata publican, contra todos los manuales de edición independiente, los libros que les gustan, mezclando la calidad con una cierta capacidad de venta para generar los beneficios que les permitan seguir publicando. Pez de Plata trata de aunar el arte pictórico y la literatura fusionando ambos conceptos en sus libros. Aventuras Literarias publica mapas inspirados en novelas, con el añadido de que puedes descargarte (en algunas) el libro en el que se inspiran de forma digital (por ejemplo, en El hombre que pudo reinar de Rudyard Kipling nos venden un magnífico mapa de Kafiristán, donde transcurre la novela, y la opción de descargarte la novela en epub o pdf en una edición ultra-anotada). Por último, Malasangre busca publicar obras como una reivindicación estética. Todos desde Asturias, y todos con ediciones muy cuidadas. Que vivan los astures.

Para cerrar el día, de nuevo en la Carpa del Encuentro, no tuvimos una presencia femenina pero casi. No es que Pere Cervantes se nos haya cambiado de sexo, pero la voz que narra su novela No nos dejan ser niños en femenina. Con esta voz trataba de reivindicar la situación de sus compañeras en la policía, aquellas que están en un grupo tan duro y esclavo como es homicidios, en el que debes acudir al lugar de un suceso a cualquier hora o momento del día. Trata de explicar lo difícil que es compaginar este tipo de investigaciones con la vida real, y su aportación es dónde coloca la cámara, desde dónde parte la mirada que nos muestra en la novela.



Aunque se le alaba por lo brillantes de los métodos policiales que plasma (por algo lleva 25 años en los Cuerpos de Seguridad) su intención no era tanto la de crear una perfecta novela procedimental, como la de mostrar aquello que el ciudadano de a pie no ve del trabajo policial, el día a día. Mostrar que los héroes no son perfectos, que tienen vidas, que sufren por ellas al igual que el resto lo hacemos por las nuestras. Para aquellos que disfrutaron de la primera entrega, Pere nos dio buenas noticias: está firmada la segunda y ya está trabajando en ella. Como imposición editorial, solamente que mantuviese a los dos policías protagonistas de la primera entrega.

Semana Negra de Gijón - 5º día

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Llegamos al ecuador de la Semana Negra. Los amigos van llegando, las noches se van alargando y llega el momento de poner más atención a las conversaciones que te rodean. Estar rodeados de ilustrados es lo que tiene. Es el momento de aprender, de anotar, de observar atentamente y de callar.

Arrancamos la tarde con la presentación de Lumpen, una novela escrita a cuatro manos por Paco Gómez Escribano y Luis Gutiérrez Maluenda. Luis Artigue destacó los puntos fuertes de la novela conectándola con la novela anterior de Escribano, Yonqui. Una novela sobre un barrio marginal (Canillejas), drogas, y miseria. Lenguaje callejero para plasmar la cotidianidad de Canillejas en los años 80.

Es curioso cómo surgió la idea de crear la novela de forma conjunta con Maluenda. Escribano comenzó a escribir esta novela antes de Yonqui, y después de haber conocido a Maluenda, un autor que respeta enormemente, le pidió que le echase un vistazo a Lumpen. Poco a poco, le fue haciendo sugerencias de mejoras, hasta que finalmente se convirtió en una colaboración conjunta para crear la novela.



Escribano nos informó de que la editorial Pan de Letras va a cerrar, por lo que la novela no se va a volver a reeditar ni reimprimir. Si alguien está interesado en ella, es el momento de hacerse con ella.

Dentro de uno de los temas que aborda este año la Semana Negra de Gijón, el tema de la violencia sobre la mujer en la novela en español, ayer Cathy Fourez nos presentó la novela de Selva Almada Chicas muertas, una de las novelas nominadas al Premio Rodolfo Walsh de este año. Se trata de una novela sin ficción, del retrato de los asesinatos de tres chicas en los años ochenta en Argentina. Cuando Almada tenía trece años, en un pueblo a 20 km del suyo asesinaron a una chica en su dormitorio por la noche de una puñalada en el corazón: ni en nuestro propio hogar estamos seguros, y eso también se puede aplicar como una metáfora de que la violencia surge de nuestras propias viviendas. 



Almada con este libro ha tratado de crear una historiografía de los crímenes de mujeres en Argentina. El feminicidio es un tema del que se está comenzando a tomar conciencia en Argentina desde hace 10 años. Para la novela, Almada ha estado años documentándose y no ha sido fácil, ya que escogió casos de los años 80 en los que la mayoría de los familiares de las chicas ya habían fallecido o no querían hablar en caso de estar aún vivos. Sí que utilizó mucho el punto de vista que aportó la prensa e incluso tuvo acceso a los expedientes judiciales. 

En Argentina cada 30 horas una mujer muere a manos de un hombre que ya conocía previamente, y aún sigue culpándose a la mujer en muchos de los casos: no vestía apropiadamente, no debería haber estado a esas horas de la madrugada por la calle... En muchos casos son las propias mujeres las que fomentan esa sociedad misógina a través de sus actitudes y su vocabulario.



A continuación acudimos a la Carpa A Quemarropa para buscar sitio en un espacio atestado de gente. No era para menos, ya que se presentaba una de las mejores novelas en lo que va de año: Subsuelo, de Marcelo Luján, presentado por Ángel de la Calle. En Subsuelo el epicentro de la narración es una familia. Luján quería plasmar una historia donde la familia es cualquier cosa menos los estereotipos que nos dictan. Para ello escogió la primera institución de la civilización occidental: una familia (sin problemas económicos), de clase media, y saca a esos componentes de la ciudad para situarlos en el extrarradio, en soledad.

No le interesan las investigaciones policiales, él busca reflejar en esta novela el origen de la maldad pura, por qué sucede lo que sucede. En parte la elección de dos adolescentes como protagonistas de Subsuelo es debido a que a esa edad normalmente no tenemos un pasado, a no ser que hayamos vivido alguna experiencia traumática o dolorosa. Son un lienzo en blanco, y aún así son capaces de proporcionar un dolor muy retorcido.

Utiliza un par de recursos en la novela para generar tensión que funcionan realmente bien: por un lado, el narrador anticipatorio. Una voz que te indica que va a suceder algo en las próximas páginas, que no debes despistarte, generando una cierta ansiedad a la hora de pasar páginas para conocer los hechos. Por otro lado, los silencios. En los diálogos, en la narración, textos incompletos que te hacen reflexionar, para que seas tú quien complete la historia.



Nada más terminar gran presentación de Subsuelo, seguimos corriendo a Ángel de la Calle a la Carpa del Encuentro para asistir a la presentación de En el cielo no hay cerveza de Carlos Salem. Por más que Salem se empeñaba en afirmar que su novela es seria, todo lo que nos contaba de ella hacía que pensásemos lo contrario: en ella aparece Diosito, hijo ilegítimo de Dios que baja a la tierra, que es un desastre haciendo milagros en público, que tiene un pene luminoso que recompone el himen de las mujeres... Una serie de despropósitos para enganchar al público.

El argumento de fondo de la novela es una crítica devastadora a los programas del corazón, que según Salem han hecho más daño a la sociedad española en los últimos años que la corrupción. Se ha generado un modelo socialmente aceptado con el que ha crecido toda una generación, por el cual si tienes una apariencia atractiva y estás dispuesto a contar todas tus miserias en la televisión, podrás vivir de ello. Como todas sus novelas, esta es una historia de segundas oportunidades.



Empar Fernández nos habló después sobre su novela La última llamada, acompañada de Alejandro Gallo. Una historia sobre un padre que cargará con la culpa de la desaparición de su hija a pesar de no ser responsable de ella. A Empar tampoco le interesan las investigaciones policiacas, sino los dramas domésticos que los crímenes generan: angustia, tristeza, culpa, dolor. Le interesa lo que queda en esa casa donde ya no volverá quien ha desaparecido, esa ausencia, esa mirada.

Nos adelantó en primicia que a principios del próximo año habrá nueva novela, que será la tercera que cerrará el círculo. No son novelas interrelacionadas en trama, pero sí en trasfondo.

Semana Negra de Gijón - 6º día

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Ayer miércoles fue el día al revés (y también el día Alrevés). Fue uno de esos días en que no aciertas ni a tiros con las charlas adecuadas. Y es que no siempre la intuición nos funciona bien.

Para empezar la tarde, teníamos a las 17:30 las presentaciones a la vez de Jordi Ledesma y de Jordi Llobregat. Por circunstancias que no vienen al caso, no llegué a tiempo ni de una ni de otra, y me dio mucha pena no poder asistir especialmente a la de Jordi Ledesma porque a su libro El diablo en cada esquina le tengo unas ganas tremendas. Al menos tuvo la amabilidad de firmármelo, eso sí.


A continuación tuvimos la presentación de El oro de Berlín, de Jorge Yaco de la mano de Ángel de la Calle. Es curioso que Jorge Yaco se haya lanzado a la escritura de ficción a los 62 años tras 33 años trabajando como médico, y haya sido nominado al Silverio Cañada por su primera novela. Yaco es ex-militante comunista. Ha leído muchas historias de abortistas del partido y quería escribir una historia en la que se recuperase el espíritu apasionado que todos tienen cuando entran al partido.



Todas las historias que aparecen en el libro sobre los brigadistas argentinos, alemanes y españoles, son completamente ciertas. Las historias sobre el funcionamiento del aparato financiero y los modos de financiación del partido comunista también son reales.

Como influencias respecto de las historias de espías nos citaba El tercer hombre de Graham Greene, y las novelas de John Le Carré.



Las mesas que han estado abordando el tema de la violencia a las mujeres en la novela han estado muy interesantes, pero por desgracia han sido demasiado parecidas. La segunda perdió parte de la originalidad de la primera, y la de ayer fue un compendio de las dos primeras, a lo que se sumó la presentación de los libros de los participantes. Una lástima porque eso hizo que a media charla me cambiase de carpa, y también me perdí por ello la presentación de La penitencia del alfil de Rafa Melero.

Tener un presentador con el que tengas buen feeling es fundamental. Es lo que les pasa a Jon Arretxe y a Sergio Vera, que no solo logran buenas presentaciones, sino que además también son muy buenos amigos.



Sergio abrió la presentación haciendo un repaso a la ya larga lista de libros publicados por Arretxe. Esto vino por un propósito muy concreto: Morto Vivace, la novela que presentaron ayer, fue la primera novela negra que Arretxe escribió y publicó, pero solamente en euskera (es la lengua en la que Jon escribe sus libros, y luego son traducidos casi todos ellos por una magnífica traductora, Cristina Fernández)

Aprovechando la creación de una nueva editorial, El Gallo de Oro, le propusieron rescatar este título y traducirlo al castellano. De ese modo, Jon ha revisado la novela y la ha mejorado respecto a la primera versión. Es curioso, porque es una novela que no tiene mucho que ver con sus novelas negras posteriores: esta es mucho más policíaca, los policías protagonistas son presentados como los buenos (al contrario que sucede en la saga de Touré, por ejemplo), no aborda tanto temas sociales.

El nombre de la novela tiene que ver con la ópera, con que quería que fuese una novela ágil (vivace) y con la indicación para el lector de que es una novela criminal (morto). La novela está ambientada en el barrio de El Pigalle en París, y para documentarse se hospedó en un hotel de mala muerte en el barrio del conocido Moulin Rouge. Todo un barrio dedicado al negocio del sexo, incluyendo incluso un sexódromo.

Ayer hacían la comparación de que Paco Gómez Escribano era el Jim Thompson de Canillejas. Parece ser que Jon Arretxe es el Chester Himes de Basauri. Así que, seguidores de Himes, a por los libros de Arretxe.

Para cerrar, la foto Alrevés de mi día al revés:

Equipo Alrevés en Semana Negra: David Llorente, Carlos Bassas,
Jordi Ledesma, Gregori Dolz,  Alexis Ravelo, Rafa Melero, Carlos Quílez

Semana Negra de Gijón - 7º día

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Los nominados que nos faltaban hicieron ayer su aparición. Todo el mundo susurra a voces los nombres de Zanón y de Del Árbol como principales favoritos para el Hammett, y como dos buenos competidores y sobre todo amigos, llegaron al Don Manuel a la hora del café. Ayer el ambiente contenía cierto nerviosismo, todos saben que se lo darán a otro y por eso no tienen de qué preocuparse. Pero siempre queda ese "y si...". Fue un día de risas, de presentaciones cargadas de cariño y sobre todo, de mucho antimola (Tatiana, esta va por ti).

Abrimos la tarde con la presentación de un libro al que sabéis que le tengo un especial cariño, Siempre pagan los mismos de Carlos Bassas. Al mando de la presentación, nuestro amigo Sergio Vera, que se caracteriza entre otras muchas cosas por presentar solo a gente por la que apuesta y de quien le ha gustado la novela. Entre los dos, analizaron la novela de Bassas destacando los puntos fuertes del texto: para empezar, el magnífico estilo de Carlos que todo el mundo destaca; el hecho de escoger un hombre corriente, de a pie, con el que el lector se identifica rápidamente; la arriesgada apuesta de descubrir desde el inicio quién es el culpable de la novela.



Bassas quería reflejar al policía español medio, un hombre que va a la oficina, que ficha, y que vuelve a casa donde tiene los mismos problemas domésticos que los demás. Quería reflejar a un ciudadano que se indigna con el panorama político que tenemos, pero desde el salón de su casa. Y es que no es tan fácil plantarse en un desahucio y llevarte a la mujer que han desahuciado a tu casa, muy pocos de nosotros lo haríamos. 

También destacaban las influencias que le hecho de haber sido guionista han tenido en sus novelas. En un guión debes ser conciso, breve y directo. Debes encontrar el adjetivo preciso para el lugar indicado, y eso le ayuda en sus novelas. Por otro lado, la forma de estructurar las historias a la que está acostumbrado como guionista le ayuda a ser terriblemente metódico, haciendo que tenga una forma muy definida la novela incluso antes de sentarse a escribirla.

Como adelanto, Bassas nos anunció que la tercera entrega está en el horno y que será un descendimiento a los infiernos de Corominas. No podría tener más ganas de leerla, ya que en su día ya os comenté que es un personaje del que enamorarse.



Bassas fue el telonero del vigente Premio Hammett, Alexis Ravelo. Vino acompañado de Fran Sánchez, alguien que ya en su día le presentó La estrategia del pequinés aquí en Gijón y que como indicó Ravelo le trajo suerte para el premio. 

Las flores no sangran es para Ravelo "la" novela coral, su novela coral. En la que mejor ha logrado esa complicada forma de narrar en la que nadie es más protagonista que los demás, en la que cada una de las voces tiene el mismo peso que las otras. Y por primera vez en esta novela, aborda el punto de vista de la víctima, algo que hasta esta novela no había planteado.

Destacan entre todos el personaje de Felo, uno de mis favoritos de esta historia de criminales de medio pelo, un personaje que arranca en la trama con una anécdota real, que sucedió en Canarias hace un tiempo. Os la contaría encantada, pero supondría un pequeño spoiler para el libro.

Acerca de proyectos a la vista, nos confirmó una noticia que pudimos ver hace unos días en la prensa: que Elio Quiroga llevará al cine La estrategia del pequinés. Ravelo confesaba estar encantado con ello, no tanto por la visibilidad que las adaptaciones al cine le dan a las novelas, como por el hecho de saber que la adaptación va a ser buena por venir de la mano de Quiroga. También nos confesó que hay proyectos literarios a la vista, pero que al no estar cerrados del todo aún no puede decir nada.



Ayer tuvimos la primera entrega de premios del festival: el Novelpol. Es un premio que los autores valoran y aprecian mucho por dos motivos. El primero porque es un premio que otorgan los lectores, somos nosotros quienes podemos votar, dentro de los nominados que nos sugieren, en dos rondas. En segundo lugar, porque es el primer premio que te da de comer y de beber, ya que el premio consiste en un queso y una botella de vino. El ganador de este año ha sido Carlos Zanón, nominado también al Hammett (como ya sucedió el año pasado, en que Ravelo fue uno de los ganadores del Novelpol y se alzó también con el Hammett). Este año han incluido una variante honorífica en el premio que ha recaído en Julián Ibáñez.



A continuación de la entrega del premio, Julián Ibáñez nos estuvo desgranando algunas de las claves de sus novelas: novelas callejeras, de barrio, con gente corriente. Un reflejo del barrio donde vivió y creció. La charla fue curiosa, porque fue dirigida por Paco I. Taibo II pero fue casi compartida con Paco Camarasa que estaba sentado en primera fila compartiendo el entusiasmo por Ibáñez.



Los asistentes a la Carpa del Encuentro a las 9 de la noche tuvimos la suerte de poder llevarnos un ejemplar del cómic Nero Napolitano. Para la creación de este cómic de 120 páginas la Semana Negra de Gijón ha colaborado con las entidades napolitanas Scuola Italiana di Comix, la Comicon de Nápoles y la Universidad de Nápoles L'Orientale. 

Esta historia surge del ensamblaje entre la cultura clásica, el mito de Medea y la leyenda urbana más difundida de Nápoles. Sorprende descubrir que para la creación del cómic han colaborado 50 dibujantes y guionistas. Para ello, crearon un blog en el que iba colgando sus aportaciones y de ese modo todos podían ver el trabajo de los otros. El concepto de mafia está muy presente en el libro, pero sobre todo lo predominante es la camorra italiana. Al fin de la charla, empujones y atascos para conseguir un ejemplar.

Semana Negra de Gijón - 8º día

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Ayer fue el día de las despedidas. Sí, por definición el viernes de la Semana Negra es el día de las entregas de premios, que también lo fue. Pero como un goteo constante, desde el jueves por la noche he ido despidiéndome de un montón de gente que deja atrás esta entrega de la Semana Negra para volver a sus vidas y a sus libros, a sus familias, a sus barrios, a sus calles. Dejando atrás las luces de la noria de la feria como si de un sueño difuso se tratase. Este año el festival decae antes de tiempo.

La mañana, como digo, fue un momento de nervios y tensión. Se entregaban los premios y había claros favoritos, pero en los dos más importantes de género, el Hammett y el Silverio Cañada, se oían dos nombres como candidatos destacados en cada uno de ellos, por lo que la tensión se mantuvo hasta el final. La enorme sorpresa nos la dieron al cierre casi de la entrega, anunciando que el ganador de SN-BAN ha sido Alexis Ravelo, el cual se fue la noche anterior y no pudo celebrarlo aquí entre amigos.

Carlos Zanón, ganador del Hammett 2015

La lista de ganadores, por si hay algún despistado, ha quedado así:

- Premio Dashiell Hammett a la mejor novela de género negro: Yo fui Johnny Thunders, de Carlos Zanón.

- Premio Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción de género negro: Escrito en negro, de Martín Olmos.

- Premio Memorial Silverio Cañada a la mejor primera novela de género negro: Te quiero porque me das de comer, de David Llorente.

- Premio Espartaco a la mejor novela histórica: El reino de los hombres sin amor, de Alfonso Mateo Sagasta.

- Premio Celsius a la mejor novela de ciencia ficción y fantasía: El imperio de Yogorov, de Manuel Moyano.

- Premio SN-BAN!: Alexis Ravelo.

La tarde arrancó con una charla que había sido muy interesante si el entorno hubiese ayudado: para empezar, la hora de inicio fue a las 17:15 de la tarde. Luego, puede que haya sido el día más caluroso de toda la Semana Negra, y dentro de la carpa sufríamos un efecto invernadero que no había quien parase allí. Y por último, era una especie de mesa redonda, pero con tantísimos participantes que podríamos decir que todo se quedó en la buena intención del que propuso dicha mesa.



Martín Olmos nos habló de Escrito en negro. Como ya pudisteis ver en la reseña, es un libro muy peculiar, una recopilación de artículos que ya han sido publicados previamente en prensa o en el blog de Olmos, artículos acerca de anécdotas de asesinos a lo largo de nuestra historia. Como confesaba el autor, se percibe al leer el libro que disfrutó mucho escribiendo los distintos artículos que lo componen. Profundizó en alguna anécdota de alguno en concreto, y pudimos disfrutar de todo lo que nos contó el autor.

La composición del libro en un principio trataron que fuese temática, pero finalmente optaron por simplemente recopilarlos y darles un orden aleatorio sin tener en cuenta la historia de quién nos estaban contando.

Altarriba, Pepe Gálvez, Yexus y Keko

El momento más interesante de la tarde vino de la mano de Antonio Altarriba y Keko, guionista y dibujante de Yo, asesino, respectivamente. Como sabéis Yo, asesino nos cuenta la historia de un asesino el serie, aunque no le gusta que así le denominen, que a su vez es un profesor de arte en la universidad. Esta faceta del cómic es autobiográfica, ya que Altarriba fue durante 38 años profesor universitario en el País Vasco, donde la presión de los círculos cercanos a ETA era muy importante en la universidad. Él enseñaba literatura francesa y le resultaba impactante que algunos alumnos a los que veía día a día en clase fuesen personas que a su vez se estaban formando para matar en el bando armado. 

El asesino de su historia surge de la voluntad de estudiar los mecanismos que hagan que ese asesinato para él sea justificable. Según Keko, Altarriba como guionista es el más minucioso y el que más control tiene sobre lo que se plasma en el libro. Aunque en ocasiones, no le queda otra opción que pararle los pies cuando algo no se puede hacer.

Los referentes de Keko comentaba que eran los tradicionales de los dibujantes en bitono. Nos comentaba que no le interesa para nada el color en las historias que dibuja, es más, que no sabe qué hacer con los colores. En esta historia ha introducido el color rojo para la sangre y para algún momento destacable de la historia, haciendo que nuestra atención cambie de punto.

Con esta historia, Altarriba también incluye una crítica soterrada a determinados aspectos del arte contemporáneo, haciendo que el asesino plantee la cuestión de ¿qué hay más creativo que crear dando la muerte?

Al final de la charla, tuvimos el privilegio de charlar con ambos autores y disfrutar viendo cómo Keko nos hacía un dibujo en nuestra dedicatorias. Es increíble ver algo así en directo, y ver cómo con 4 trazos el sentido del dibujo cambia por completo.



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